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Mónica & Mario: 26 años



Este es uno de los textos que más me ha costado escribir. Creo que he escrito más de diez ideas distintas y ninguna me ha satisfecho, ni siquiera me tapó el hoyo en la muela. No es una tarea magnánima la reunir el sentir de tres hermanos ni la convocar a familiares y amigos. Hay algo escondido en el mensaje que quiero dar. La pregunta obvia al empezar cualquier escritura, cualquier discurso, en realidad, es tener la certeza, la pista al menos, de lo que se quiere decir. Pero ¿qué queremos decir? Allí, la madre del cordero.

Los sentimientos consagrados en ese febrero de 1980, ésos que perduran hasta hoy. ¿Qué son? ¿Cómo son? ¿Qué significan? Aunque le llaman amor y sus consecuencias somos nosotros mismos, es un misterio que no sé si podremos develar. Otras parejas tendrán imágenes similares a las que este álbum contiene. Otras parejas las tienen hace muchos más años. Pero si cada persona es única, cada pareja es doblemente especial. Si la distancia entre un hombre y otro es enorme, más grande es la distancia entre la dama y el varón; el mundo que cada pareja crea y en el hacen juntos su familia, es un mundo distante a años luz de la compresión de otro sujeto cualquiera, incluso a sus hijos. A 17, 22 o 24 años de convivir con ellos, la pregunta nos surge: ¿Qué es eso que los llevó a caminar juntos por ese pasillo, que los hace llevar anillos idénticos y que nos dio vida y crianza? Aunque no lo sepamos, se lo agradecemos a los dos.

Éstas son las fotos de su matrimonio. Una fiesta en la que estuvimos ausentes por falta de existencia, la celebración de lo que nos la dio.

Los queremos mucho,

Sebastián, Martín y Pilar.